#OPLAStories - La historia de José, el carpintero de 89 años que viajó 130 km para llegar a un hospital
Tainã Santana
Estamos en San Pablo, comuna del departamento de Nariño, en el sur de Colombia. Aquí vive José, un tipo simple, alegre y positivo que trabajó toda la vida en su pueblo como carpintero. Tuvo siempre buena salud y no pensó nunca en pagar aportes para tener un seguro de salud, y mucho menos en ahorrar para la jubilación, ya que lo que ganaba en su trabajo servía para sostener a la familia en el día a día, para que no les faltara nada de lo que ellos necesitaban.
José es viudo desde hace mucho tiempo, y a los 89 años sigue haciendo pequeños trabajos de carpintería, sobre todo para sentirse útil y mantenerse ocupado. Tristemente, sus clientes a menudo se aprovechan y no le pagan. Azucena, su hija, explica:
“Mi papá recibe un pequeño subsidio del gobierno y con mis hermanos tratamos de ayudarlo en las compras del mercado, los servicios generales de la casa, la ropa, etc. Pero no somos capaces de cubrir sus necesidades de salud porque necesita exámenes médicos especiales que son caros; el Estado no cubre esos gastos y mis hermanos también tienen sus familias, con sus necesidades”.
Y es entonces que los agentes de la EdC de Colombia, habiendo conocido esta situación, se activaron para poder garantizarle a José los cuidados médicos adecuados. Nos cuenta otra vez Azucena:
“Yo vi esta ayuda como una bendición de Dios. Lo pude llevar a mi papá a la ciudad de Pasto, a 130 km de casa, porque en San Pablo no estaba la posibilidad de hacer los exámenes que necesitaba. Así que pudo hacer un control médico más completo, con radiografías, electrocardiograma, exámenes de sangre y una consulta psicológica. Gracias a estos análisis pudimos tener un buen diagnóstico y entender el motivo de algunos comportamientos suyos, pudimos controlar su ansiedad y su hipertensión y tener los cuidados apropiados que ahora le permiten tener una mejor calidad de vida. En nombre de mi papá y de mis hermanos les agradecemos infinitamente por esta ayuda recibida. Fue realmente una enorme providencia, sino no estaríamos en condiciones de curarlo”.
¿Tienes al lado tuyo a otro José y a otra Azucena que puedan, gracias a la comunión, encontrar un apoyo concreto en las situaciones que viven? Hazte tú también un agente local poniéndote en línea con otros miembros de la EdC en el lugar.
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