29 de mayo de 2025: ¿qué nos diría hoy la Economía de Comunión si pudiera hablar? ¡Feliz cumpleaños, Edc!
Hoy cumplo 34 años! Estoy llena de gratitud... Gratitud hacia quienes me dieron la vida, gratitud hacia quienes me han amado, cuidado, hecho crecer y desarrollar. Todo lo que soy, lo he recibido del amor!
¡34 años, qué edad tan bonita! Tengo la fuerza de la juventud, el mundo abierto ante mí, un futuro aún por escribir. Y, al mismo tiempo, ya estoy en una etapa diferente a la de la vehemencia de la primera juventud, con más experiencia, más madurez, más responsabilidad, más conciencia de los retos que tengo ante mí. Pero precisamente por esos retos, me siento impulsada a seguir adelante, a realizar mi vocación.
Nací para los pobres. ¿Qué significa eso para mí hoy? Que todas las formas de pobreza, la guerra, la crisis medioambiental, la falta de sentido, los innumerables sufrimientos del mundo, no me son ajenos, sino que resuenan en lo más profundo de mí misma, despiertan en mí una fuerte atracción, una urgencia que me llama a actuar, a amar. Dondequiera que veo pobreza, dondequiera que oigo gritar a la tierra, me siento llamada a entregarme por completo, a ofrecer la esencia de mi ser, es decir, la comunión. La pobreza llama a la comunión, porque son hermanas. Acoger la pobreza es mi felicidad, mi mayor tesoro, mi única riqueza. Solo soy yo misma en la comunión. Y para vivir la comunión se necesita el vacío, un vacío capaz de acoger. ¡Entonces puedo entregarme y estalla la Vida!
Para este año que comienza, sueño con nuevos encuentros, nuevas experiencias, que revelen a muchos su vocación a la comunión. Cuánto desearía ampliar cada vez más nuestra familia, que sea siempre abierta y acogedora, entregada y activa, al servicio de la humanidad. Cada vez más comunión. Y permítanme expresar hoy un deseo profundo: sueño con la compañía de muchos de mis coetáneos, muchos jóvenes con quienes compartir mis esperanzas más locas. ¡Los necesito para cambiar el mundo!