Del 25 al 27 de abril, unas 60 personas se reunieron en Argentina, en O'Higgins, al norte de la provincia de Buenos Aires, para el habitual fin de semana otoñal del EdeC del Cono Sur.
organizado por la Asociación de Economía de Comunión Cono Sur
Desde hace muchos años, cada último fin de semana de abril, la Mariápolis Lia nos recibe para reencontrarnos. Este encuentro fue pensado como un espacio de comunión: para vernos, escucharnos, profundizar juntos y regar las raíces que alimentan la Economía de Comunión. Eramos alrededor de 60 personas del mundo de la economía de comunión venidas de distintas partes del Cono Sur. (muchas empresarias y empresarios, empleados de empresas de Edc y también jóvenes del Programa Aquí Estoy y de Economía de Francisco).
En los dos días y medios reunidos (25,26 y 27 de abril) vivimos un clima de alegría, de reflexión, de escucha atenta y libertad. Un lugar donde pudimos compartir lo que nos pasa, contar nuestras historias, escuchar y escucharnos, todos elementos que nos desafían y nos empujan a seguir caminando.
Iniciamos el encuentro con nuestro querido papa Francisco, a pocos días de su fallecimiento, recordando su mensaje a los empresarios EdC en Febrero 2017:
«Para tener vida en abundancia hay que aprender a dar no solo los beneficios de las empresas, sino a ustedes mismos, el primer don del empresario es su propia persona. Su dinero, aunque importante, es demasiado poco, el dinero no salva si no va acompañado por el don de la persona»
y sus palabras de aliento finales:
«Les deseo que sigan su camino, con coraje, humildad y alegría».
También hubo momentos del encuentro donde nos detuvimos y nos permitimos mirar con nuevos lentes las realidades que nos rodean: desafíos y presentes del movimiento, de la Mariapolis, de nuestro Polo Solidaridad, de nuestras regiones. Y desde nuestra mirada, pudimos comprender mejor esas realidades y acompañar a quienes las están atravesando.
Qué valiosa es la diversidad en la Economía de Comunión: de países, regiones, ciudades, rubros, etapas empresariales y formas de vivir este llamado. Pero aún más fuerte es lo que nos une: el deseo profundo de construir día a día una economía humana, solidaria, transformadora.
Nos vamos con desafíos, sí. Desafíos que nos interpelan, nos comprometen, nos invitan a dar grandes pasos. Pero también nos vamos con esperanza y fuerza. Porque sentimos que todo estos desafíos son para crecer, para avanzar, para despegar!