Congo, Kenia, Burundi, Costa de Marfil, Camerún y Angola: Se multiplican las iniciativas relacionadas con la EdC.
de "Economía de Comunión - una nueva cultura" n.34 - Encarte de la revista Città Nuova n.23 - diciembre 2011
por Genevieve A. M. Sanze
Si alguien tenía dudas de que la Economía de Comunión fuese adecuada para los países de cultura africana, éstas habrán desparecido a la vista del resultado del Congreso Panafricano de Nairobi 2011, en el que han participado empresarios, estudiantes y estudiosos de 11 naciones de Africa Subsahariana. Han sido precisamente los empresarios y los jóvenes los que han sentido que la propuesta de la EdC era particularmente apropiada para ellos: de inmediato se han comprometido a poner en marcha pequeñas actividades para aliviar los sufrimientos de sus comunidades y realizar la comunión en Africa y en el mundo.
En Kenia una joven ya ha comenzado a fabricar pasteles y entrega con fidelidad un tercio de las ganancias para los pobres y otro tercio para la formación de hombres nuevos.
En el Congo la asociación AecoMabl ha apoyado la puesta en marcha de una empresa de producción de jabón, otra de alquiler de carretillas, dos comercios, una de material eléctrico, una piscicultora, un molino para cereales y una tienda de artículos de primera necesidad en un barrio pobre.
En Burundi, la ONG Casobu combate la pobreza a través del microcrédito: no da dinero para iniciar actividades productivas, pero hace descubrir que la miseria es fruto del “no amor” y ayuda a las personas a iniciar actividades gracias a los modestos ahorros de otros pobres, que han comenzado a compartir para sentirse útiles a sus familias; sesenta núcleos forman ya parte de este proyecto, de los cuales se ha hecho partner el banco Kabayan, una empresa EdC de microcréditos.
En Costa de Marfil, la gente de la aldea de Glolé ha hecho de la fraternidad su fuerza. Es una comunidad campesina de unas mil personas, muchas de ellas analfabetas. Considerando que «todo niño pertenece a la comunidad», han enviado a algunas madres de la aldea a Man, a formarse en el centro nutricional de los focolares para luego a su vez formen a todas las demás. Un grupo de sesenta personas se ha unido para construir una «pequeña maternidad» en la aldea, que se usa también para las vacunaciones. Han creado un “banco de arroz” al que pertenecen cien familias, para los periodos de escasez, y cultivan un arrozal de una hectárea que han recibido en donación, para obtener los recursos necesarios para dar formación sanitaria a doce aldeas, llevar a los niños al hospital y darles educación y alimentación. No todos son cristianos y así se presentaron al obispo: «Aquí en Glolé, gracias al espíritu de fraternidad, vivimos en armonía cristianos, personas de religión tradicional y musulmanes».
En Camerún, después del congreso, con la ayuda de la AecoMabl del Congo se trabaja en un proyecto para ayudar al pueblo.
En Angola los participantes en el congreso, recordando el «somos pobres pero muchos», han logrado adquirir una silla de ruedas para un enfermo de cáncer.
En virtud del acuerdo firmado durante el congreso entre la Universidad Sophia y la Universidad Católica de Africa Oriental, en julio de 2011 los profesores Giuseppe Argiolas y Giampietro Parolin impartieron un curso a quince estudiantes de Burundi, Camerún, Ruanda y Kenia.