Del 12 al 14 de septiembre vivimos nuestro encuentro anual de Economía de Comunión del Cono Sur, esta vez nos recibió la hermosa Ñande Mariápolis, ubicada en Asunción, Paraguay.
Marilin Henderson
Alrededor de 100 personas, provenientes de distintas ciudades de Paraguay, ciudades de Argentina y también desde Brasil. Muchos de ellos, participando por primera vez.
Para quienes estuvimos allí, es difícil condensar en pocas líneas todo lo vivido: las experiencias, los diálogos, las emociones, los gestos concretos de comunión que marcaron cada momento. Una de las empresarias que acompaña el camino de la EdC desde hace algunos años decía: “siento que este encuentro fue uno de los que más frutos inmediatos ha tenido.” También otro participante definió el encuentro como “revelador”, “hace mucho que conozco Economía de Comunión pero hoy entendí muchas cosas que antes no.”
El lema del encuentro “Cercanía Solidaridad para una economía fraterna” y una palabra en lengua guaraní (lengua popular en Paraguay) “ñandereko” que significa: nuestro modo de vivir nos acompañó y se hizo vida en esos días.
La naturaleza que nos recibió florecida en Ñande Mariápolis, la calidez de los paraguayos, la participación de jóvenes y adultos, de empresarios que llevan adelante una empresa formada y aquellos que apenas comienzan, participación de empleados y también dueños, toda esta combinación de condimentos hizo que cada uno de los que estábamos allí, nos sintamos como verdaderas protagonistas de este encuentro. También la generosidad de cada uno de los organizadores y expositores, que en sus presentaciones se notaba el compromiso de querer contribuir a una mirada diferente en el ámbito empresarial.
Un recorrido por el programa. Viernes.
El viernes se inició el encuentro de una manera más abierta, convocando a estudiantes y empresarios en la Universidad Católica de Asunción.
A través de diferentes exposiciones se combinó teoría con práctica, lográndose dar una mirada de la Economía de Comunión y sus aspectos, y viéndose en concreto a través de la experiencia de 2 empresarios paraguayos que contaron como viven en su empresa la Edc y la experiencia de dos jóvenes que participaron en la Escuela de jóvenes EdC en Brasil el julio pasado que compartieron cómo transformó su mirada en este encuentro.
En el final de la jornada fue pensado un momento de “conversatorio” donde en una mesa participaron un representante de la UCA, uno de Economía de Comunión, un empresario de EdC, un jóven y dos estudiantes de la universidad.Fue un momento de diálogo abierto y espontáneo, donde las preguntas y respuestas fluyeron con naturalidad. Se percibió una gran sintonía entre quienes escuchaban por primera vez sobre la Economía de Comunión y quienes la viven día a día.El entusiasmo y la esperanza de que una economía distinta es posible marcaron el tono de esta jornada. Se notaba en el ambiente una escucha atenta y la curiosidad que generó para muchos esta “novedad” que escuchaban por primera vez.
El cierre fue particularmente significativo, por medio de las palabras de Aldo Calliera, un empresario de Economía de Comunión, se manifestó un fuerte eco entre los académicos, al punto que el decano y varios profesores manifestaron su intención de incorporar la Economía de Comunión en la currícula universitaria, reconociendo que la UCA podría convertirse en la “cuna” de la EdC en Paraguay.
Sabado y domingo
El programa continuó sábado y domingo en Ñande Mariápolis.El sábado por la mañana nos sumergimos en la historia y cultura de Paraguay. con datos concretos y un profundo análisis de la sintonía entre los principios espirituales de la EdC con el estilo de vida y la sabiduría de la cultura guaraní. Fue un momento que nos ayudó a entrar y ser cercanos con la historia paraguaya y nuestros antecedentes como latinos, con una invitación profunda a abrir el corazón y enriquecernos de nuestras raíces y de una cultura que tiene mucho para darnos.
Seguido a esto fuimos a visitar a “Todo Brillo Coorp Horizonte y Coffe Shop”, una empresa de EdC de Asunción de más de 30 años que hace servicio de limpieza profesional y que hoy en día tiene alrededor de 700 trabajadores distribuidos por todo Paraguay. Pudimos ver y oír que la economía de comunión existe y se puede vivir, lo vimos en sus instalaciones, en las palabras de Maria Elena, su fundadora, en las experiencias contadas por los miembros de esta empresa familiar que a lo largo de estos años han vivido con muchos de los que trabajan y han pasado por ahí.
“Para nosotros lo más importante es poner en primer lugar a la persona, por ejemplo como tenemos muchos jóvenes procuramos que sus horarios de trabajo puedan ser adecuados para que ellos puedan seguir estudiando” decía Nicolas, director de Coffe Shop.”
En la tarde se hicieron diferentes “Estaciones”, se trató de espacios participativos a través de talleres de diferentes temáticas como: propósito y sentido en los emprendimientos, vida y protagonismo en la empresa, sostenibilidad y comunión con el ambiente, comunicación transformadora y trabajo en red, pudimos reflexionar, compartir y construir juntos.Cada espacio fue de encuentro y participación, en donde cada uno de los participantes tuvieron un rol activo, compartiendo experiencias y reflexiones. Este momento nos ayudó a conectar con los demás y a descubrir herramientas concretas para llevar a nuestros ámbitos laborales y personales. Fue una experiencia de comunión que nos impulsó a ver cómo “bajar a lo concreto” las ideas de EdC y cómo transformar nuestras realidades desde acciones concretas de cercanía y fraternidad.
Roberto Almada,psiquiatra y psicoterapeuta, nos regaló un momento de reflexión y cuestionamiento, ayudándonos a ver y revalorizar el “buen cansancio que genera una economía de comunión” algo que trasciende, que da felicidad, y nos invitó a diferenciarlo del cansancio neurótico, aquel que hoy en día lo vivimos a diario con las distracciones, el individualismo, etc.
El domingo, último día, tuvimos un momento importante donde Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, nos envió un saludo especial: “La proximidad, que han elegido como tema guía, es más crucial que nunca en el mundo actual, que lucha por encontrar caminos hacia la paz. La paz se logra ensamblando las piezas de un gran mosaico, en el que la Economía de Comunión es, sin duda, un factor indispensable. Este es un tema que me fascina especialmente; Me desafía cada día y me coloca ante cada persona que pasa a mi lado, sea quien sea, con la disposición a amar a Jesús en él, en ella. Y ustedes, trabajadores especializados en una economía que prioriza la solidaridad, donde los llamados "últimos" ocupan el centro, son para mí y para muchos otros una fuente de gran esperanza y futuro.
Y nos dejó un mensaje movilizante y que nos llevamos como compromiso
“.. los insto a ser pacientes artesanos de una nueva economía de paz: estando cerca de tantos, podrán restaurar la esperanza y "sacralizar" toda expresión de acción empresarial y económica.”
Ecos del encuentro
Desde el inicio, cada uno fue descubriendo que la EdC no es una teoría, sino una forma de mirar la realidad y de transformar lo cotidiano. Una participante decía: “Cuando uno tiene la forma de ver en vivir en comunión, salta todo: en todas partes hay cómo ayudar. Desde lo más pequeño hasta lo más grande". Otra persona marcaba el cambio que produce tener una mirada de “cercanía en el ambiente de trabajo” en las relaciones más simples: “Hoy ya no siento barreras para saludar, para hablar con alguien desconocido. Aprendí que decir ‘hola, ¿cómo estás?’ también transforma el ambiente.”
La empatía y la confianza también resonaron fuerte: “Vivir la EdC es vivir con empatía. Confiar en el otro, aun cuando promete poco, me quedó marcado que se puede vivir siempre pensando en el otro.”
Los jóvenes, gran protagonistas de este encuentro, hablaron con el corazón encendido: “Volvemos con ganas de compartirlo con todos, porque vimos que es posible. Se puede enseñar, acompañar, crear juntos. Y se disfruta.”
Ezequiel, en su primera participación, resumió con tres palabras su experiencia: amor, sal y compromiso. “Quiero que lo vivido no quede solo en palabras, sino en actos. Ser la sal que conserva y da sabor al mundo, y que me reconozcan en la calle como hermano de la Economía de Comunión.”
Después de escuchar a Roberto Almada que nos mostró como Una estudiante de psicología resaltó “Mi compromiso es sanar el cansancio neurótico y transformarlo en un cansancio bueno, disponible para escuchar al otro. Eso también forma parte de nuestra futura profesión: ser sensibles a la presencia y a lo que le pasa al otro.”
Hubo quienes compartieron su reencuentro con una comunidad que creían perdida: “Es la primera vez que vengo, y siento que encontré el sostén de una comunidad que necesitaba. Quizás el otro no lo sepa, pero una respuesta puede sostener una vida.” dijo una empresaria que se encontró por primera vez con Economía de Comunión.
También resonaron otras palabras como “siento mucha esperanza” “entusiasmo”, “lo importante es mirar al otro, ser cercano” , “levantar el corazón al otro a través de la escucha, de la comunicación, de superar los prejuicios, de comprender el dolor del otro”.
El Congreso no terminó el 14 de septiembre, continua en cada compromiso, en cada uno de los momentos que nos llevamos y que recordamos. Nos fuimos con una sensación fuerte de que no somos simples oyentes, hoy somos protagonistas de lo que la Economía de la Comunión propone. Nos llevamos inspiración y herramientas para transformar nuestros ámbitos de trabajo y nuestra vida cotidiana.
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Credit Foto: © Laurelis Blanco e Marilin Henderson