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¡Gracias Carlos!

Carlos Fernández, uno de los pilares de la Economía de Comunión en España, falleció el 1 de septiembre. Alex Roche, su compañero de viaje en la aventura del Grupo de Gestión Empresarial Humanidad Nueva en Barcelona, ​​nos habla de él.

Alex Roche

Queridos amigos del grupo de gestión empresarial de Humanidad Nueva de Barcelona: Quiero compartir con vosotros que el 1 de septiembre de 2025 nos dejó Carlos Fernández, uno de los pilares y cofundador de nuestro grupo.

El grupo de gestión nació hace más de 30 años, poco después de que Chiara Lubich lanzara la Economía de Comunión. A tres o cuatro personas del mundo de la empresa en Barcelona — entre ellas Carlos y yo— nos entusiasmó la idea de Chiara: que las empresas, aun compitiendo en el mercado, podían trabajar con el objetivo de redistribuir riqueza y construir una sociedad más fraterna.

Aunque Chiara se dirigía sobre todo a empresarios, ni Carlos ni yo lo éramos entonces. Éramos gestores con cierta responsabilidad en nuestras empresas, y nos preguntamos:

¿cómo podemos, como gestores, vivir también según los principios de la Economía de Comunión?

De esas conversaciones surgió la propuesta: ¿por qué no nos reunimos de vez en cuando para dialogar sobre nuestra manera de gestionar?

Carlos Fernandez 02 400 ridAsí nació el grupo de gestión de Humanidad Nueva en Barcelona. Poco a poco fuimos invitando a otros amigos y colegas con responsabilidades de gestión, y descubrimos lo enriquecedor que era compartir experiencias y criterios en la toma de decisiones. Saber que no estabas solo al tomar decisiones cuyo objetivo no era solo ganar más dinero resultaba un gran apoyo.

Recuerdo especialmente una experiencia que Carlos nos contó cuando ya había creado su
pequeña empresa de consultoría geotécnica. Era experto en equipos de última generación para el control de calidad en cimentaciones profundas. Al principio ofrecía el servicio completo: mediciones y análisis. Pero algunos clientes decidieron comprar los equipos y hacer el trabajo ellos mismos. Pronto le pidieron a Carlos que les enseñara a utilizarlos.

Él pensó: “si les enseño, me quedo sin trabajo…”. Sin embargo, su deseo de ayudar y de
construir una sociedad más fraterna pesó más, y aceptó enseñarles. Perdió algunos clientes, sí, pero la empresa fabricante de los equipos se fijó en él y le dio la representación en una amplia zona geográfica. Aquello se convirtió en una nueva y valiosa actividad para su empresa.

En los últimos años, Carlos ha liderado el grupo con gran dedicación, especialmente desde la pandemia, cuando pasamos a reuniones online y abrimos la participación a personas de toda España y Latinoamérica., también con la transformación del Grupo en un “Círculo de Comunión”.

Aunque él llevaba el peso del trabajo y tenía la experiencia para decidir por su cuenta, siempre me impresionó su humildad: no daba un paso sin contrastarlo,
porque quería que cada iniciativa naciera de un verdadero “construir juntos”.

Nuestro grupo nació con sencillez y sin grandes ambiciones, pero con un propósito claro: contribuir a la fraternidad universal. Carlos fue siempre un pilar, por su ejemplo de vida y su forma de gestionar. Como muchos han expresado tras su partida,  nos deja el ejemplo de una vida con propósito, siempre dispuesto a compartir su sabiduría con cercanía y generosidad.

Carlos ha estado luchando durante dos años contra un cáncer. A pesar de los tratamientos, ha seguido participando en todo lo que podía, sin cargar a quienes le hemos acompañado de cerca. En julio, cuando ya intuía que le quedaba poco tiempo, me pidió que buscáramos a  alguien para dar continuidad al grupo de gestión. Me quedo ahora con ese encargo, sabiendo —como él mismo remarcaba— que quien lo lidere deberá hacerlo desde ese espíritu de “construir juntos”.

Tags: Carlos Fernández