Economía de Comunión también participa de la colecta de fondos por la emergencia en Gaza y Medio Oriente llevada a cabo por AMU y por AFN, por cuenta del Comité coordinador de Emergencias del Movimento de los Focolares
fuente: AMU
Nos unimos a las voces de ciudadanos, instituciones, líderes civiles y religiosos que piden el fin de esta guerra absurda, y de todas las guerras, la liberación de los rehenes y sobre todo el respeto a los derechos humanos más fundamentales y a la dignidad de los civiles indefensos, sometidos al hambre por las restricciones al acceso de ayudas humanitarias, además de la destrucción sistemática de hospitales, escuelas, y de los mismos campos de refugiados. En concreto, AMU y AFN quieren seguir sosteniendo los proyectos de asistencia del Patriarcado Latino de Jerusalén, que en sus edificios de Gaza recibe a cientos de desplazados, dándoles comida, medicinas y lo necesario para vivir.
Es hora de acabar con este absurdo, de poner fin a la guerra y de poner en primer lugar el bien común de la gente. Card. Pizzaballa
El viernes 18 de julio de 2025, con una delegación del Patriarcado Latino y de la Iglesia Ortodoxa, pudieron llegar a Gaza 500 toneladas de comida y de medicinas, con las contribuciones de AMU incluidas. Muchos otros camiones con ayuda humanitaria esperan llegar a destino, superando los puestos de control y los ataques predadores.
En su visita, el patriarca Greco-Ortodoxo Teófilo III expresó un profundo dolor por lo que vio en Gaza: “Detrás de los muros destruidos de la Iglesia de la Sagrada Familia asistimos a un profundo dolor tanto como a una esperanza indestructible”. E invitó a la comunidad internacional a romper el silencio, afirmando que “el silencio frente al sufrimiento es una traición a la conciencia”.
Con él estuvo el patriarca latino, el Cardenal Pizzaballa, que describió la escena como devastadora pero plena de una humanidad maravillosa: “Volvimos de Gaza con el corazón roto, pero también alentados por los testimonios de muchas personas que encontramos. Caminamos entre el polvo de las ruinas, entre los edificios tumbados y entre las carpas que hay por todos lados […] Y en medio de todo eso, encontramos algo más profundo que la destrucción: la dignidad del espíritu humano que se niega a desaparecer. Madres preparando comida para los demás, enfermeras curando heridas con delicadeza y personas de todos los credos que siguen rezando al Dios que ve y que no olvida”.
A pesar de lo complejo de la situación, queremos seguir al lado de las comunidades golpeadas y queremos seguir trabajando para dar esperanza a las personas. Creemos que cada granito cuenta.
No hagamos de la paz un eslogan mientras la guerra siga siendo el pan cotidiano de los pobres
Card. Pizzaballa