#OPLAStories - La historia de una jovencísima escritora mexicana que ya vive por una economía nueva
Tainã Santana
Desde México nos escribe Águeda, una pequeña escritora de solo 10 años, que recibió el apoyo de Economía de Comunión para continuar con sus estudios. Le damos la palabra:
«
Hola, quiero contarles mi historia. Gracias al apoyo de la EdC he podido seguir con tranquilidad mis estudios básicos, y estoy realmente feliz. Amo estudiar y ayudar a mis compañeros a aprender conmigo. Hace un tiempo estuve enferma de dengue durante algunas semanas. Pero mis compañeros no me olvidaron: mandaron tantos mensajes y tantas instrucciones que daba la maestra en clase que no quedé nunca atrasada con las tareas. Gracias a Dios y a los cuidados amorosos de mi mamá me pude reponer y volver a estudiar con entusiasmo. Al cierre del año escolar 2024-2025 recibí un diploma honorario por mis buenas notas, un reconocimiento que hizo feliz a toda mi familia».
Hoy Águeda está en quinto grado de primaria, y día a día sigue creciendo y mejorando con el apoyo de la EdC. Con esta ayuda, la familia pudo cubrir los gastos de los libros, el material escolar y las cuotas mensuales, permitiéndole estudiar sin preocupaciones. Después de la separación de sus padres, debida a problemas de salud mental, la madre tuvo que afrontar todo sola, incluyendo la compleja situación de la casa, envuelta en problemas legales. A pesar de las dificultades, el apoyo que recibieron les dio un aire de alivio: le permitió a Águeda dedicarse plenamente al estudio, y le devolvió a la madre un poco de tranquilidad y esperanza. Dice Águeda:
Me gusta mucho leer libros de cultura, de historia, de valores. Amo escribir cuentos, ¡y ya publiqué dos! Mi sueño es seguir estudiando para ser una mejor persona y poder ayudar a los que lo necesitan. Espero poder terminar la escuela primaria con el mismo ánimo y esfuerzo. Quisiera compartir con ustedes dos experiencias que me tocaron el corazón.
«En una clase de plástica en la que teníamos que hacer una rana saltando, elegí una hoja de un verde muy lindo. Un compañero mío quería el mismo color, pero ya no había más de ese papel, y entonces eligió el azul. Sentí por dentro que tenía que hacer algo, pero al principio no encontraba el valor. Entonces decidí tener un gesto de amor y le dí mi hoja verde, y agarré otra. Me sentí tan feliz de haberlo hecho que poco después otro compañero me regaló una rana verde precisamente del color que me gustaba. También en mi salón hay una chica con TDAH. Cuando salimos al recreo jugamos juntas, y me di cuenta de que llevaba poca comida. Asi que decidí compartir con ella el que mi mamá había hecho para mí. Verla feliz me vuelve feliz también a mí».
Como vemos, la formación de mujeres y hombres nuevos arranca desde las bases, y da mucha esperanza ver los frutos que produce la vida EdC alrededor del mundo. Águeda, por ejemplo, ya vive por una economía nueva, que encuentra más sentido en el dar las cosas que en el tener para sí mismo. Son pequeñas (pero poderosas) semillas de una economía que sabe que no puede sentirse bien hasta que todos no hayan tenido la propia dignidad. Son seguramente frutos de la educación recibida en casa, de la escuela o de las personas que la rodean. Gracias, Águeda, por ser dócil a estas enseñanzas, y por hacernos esperar una vez más un mañana mejor.
¿Tú también quieres ser constructor de una nueva economía, de la que ya se ven semillas en los más pequeños? ¿O ya lo eres? ¿O tienes a tu lado a otros que, como Águeda, podrían empezar a vivir por esta economía y necesitan solo un apoyo? Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y construye tú también una economía más justa. Buen Día de los muertos a todos.