En las últimas actividades del proyecto Esperanza han participado 60 jóvenes de las comunidades de Sálima, 10 de Agosto y Macará, que han sentido la necesidad de volver a vivir la comunidad y de proyectar su futuro.
publicado en AMU, junio 2021
La provincia de Esmeraldas cuenta con una de las mayores tasas de pobreza de Ecuador. Por eso AMU trabaja en las comunidades de Sálima, 10 de Agosto y Macará desde 2016, a partir del terremoto y sus graves consecuencias. A mediados de marzo de 2020, el gobierno de Ecuador declaró el estado de emergencia sanitaria por el Covid-19 e impuso una cuarentena total (a excepción de los trabajos esenciales y la movilidad necesaria para el suministro de alimentos y medicinas). Para una población que vive principalmente de trabajos informales, la emergencia sanitaria se convirtió en una emergencia también social y alimentaria.
Las comunidades locales nos manifestaron el peligro inminente de tener que cerrar también las actividades económicas nacidas con el proyecto “Sunrise Ecuador” por falta de clientes a los que vender la producción de la panadería y de la cría de pollos. Esto habría supuesto la pérdida de una fuente de
ingresos para las familias implicadas. Por otra parte, más de 800 familias no habrían podido hacer frente a sus necesidades alimenticias en este periodo.
De ahí nació el proyecto de emergencia “Esperanza”, que contempla la adquisición de la producción de la panadería y de la granja, para salvaguardar los puestos de trabajo, y el reparto gratuito de estos productos entre las familias en situación de mayor necesidad.
El programa de fortalecimiento de las capacidades de las comunidades para que puedan ser protagonistas de su propio desarrollo adquiere hoy un nuevo valor. En este momento de emergencia, las ayudas, si bien con un apoyo exterior, en gran parte serán gestionadas por personas de la misma comunidad, porque el cambio hacia un futuro mejor está en manos de todos, sobre todo en las de cada uno de ellos.
Además de esto, la pandemia ha ocasionado momentos de aislamiento y restricciones que, aunque necesarias para la contención de la infección, han incidido con fuerza en la vida diaria de todos nosotros. En Ecuador, los jóvenes han sentido mucho la imposibilidad de juntarse y de vivir experiencias con sus coetáneos.
Por eso, en cuanto ha sido posible, AMU ha organizado actividades que les ayudan a estar juntos y a descubrir su propia función y su propio potencial dentro de sus comunidades.
“Mi sueño es estudiar, me han gustado todos los talleres, aquí he aprendido a cuidar el ecosistema y a relacionarme mejor con los demás, he aprendido a expresarme mejor, he aprendido que hay nuevas oportunidades”.
Los programas de concienciación y formación se han alternado con momentos de juego, diversión y performances artísticas organizadas con los chicos y las chicas de las tres comunidades.
“Para nosotros ha sido un placer tener esta oportunidad. Era algo nuevo. Juegos y actividades para compartir con los amigos de la comunidad. Sé que nosotros, los jóvenes, tenemos talentos, solo que por timidez no los mostramos. Pero gracias a estos momentos he aprendido a perder la vergüenza y a expresarme en público…”
Redescubriendo y practicando la regla de oro: “Haz a otros lo que te gustaría que te hicieran a ti”, los jóvenes también han recuperado el sentido de la reciprocidad, típica de las intervenciones de AMU.
Cuando hablan de su futuro, siempre ponen de relieve el deseo de comprometerse para crecer y poner a disposición de los demás sus talentos y capacidades:
“Me gusta aprender cosas nuevas y compartir con los demás lo que he aprendido. A mí me gustaría estudiar para ser una buena profesional y ayudar a los demás. Lo que más he aprendido en el grupo es a trabajar en equipo, a estar unidos y a saber compartir.
Actividades del proyecto de emergencia AMU-EDC “Esperanza”:
– Servicio de adquisición y transporte de materias primas para la producción de alimentos.
– Adquisición de la producción de pollos y productos de la panadería comunitaria.
– Organización de la logística para la distribución de alimentos con las instituciones locales a más de 400 familias.
El proyecto Esperanza en Ecuador se realiza con la contribución de la EdC Economía de Comunión.
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