«Seguiremos adelante, sin miedo a Trump»

Empresarios estadounidenses y mexicanos estrechan lazos en un encuentro sobre Economía de Comunión celebrado en Roma. En respuesta a los nuevos vientos, los focolares abrirán en junio una escuela para jóvenes en Nueva York

Andrés Beltramo Álvarez

Publicado en Alfa y Omega el 9/02/2017

170204 mexicousaUn puente entre México y Estados Unidos, sin importar «quién esté a cargo», aunque sea Donald Trump. Empresarios de ambos lados de la frontera están dispuestos a seguir compartiendo recursos y conocimientos. Pertenecen al modelo focolar de Economía de Comunión (EdC). Algunos de ellos fueron recibidos por el Papa en el Vaticano. Francisco les recordó que donar una parte de las propias ganancias a los pobres está muy bien, pero que no basta. Se tienen que cambiar las reglas del juego de un sistema que ha convertido el dinero en un «ídolo», «una economía que mata».

Iniciada por Chiara Lubich, la fundadora del movimiento de los Focolares, la EdC acaba de cumplir 25 años. Por eso, más de 1.000 de sus actores se reunieron hace unos días a las afueras de Roma en un congreso. Al final de las reflexiones tuvieron una audiencia con el pontífice, quien aprovechó la oportunidad para insistir en su corrosiva crítica a la desigualdad provocada por el sistema económico imperante.

«El problema ético de este capitalismo es la creación de descartes para después intentar esconderlos o tratarlos para no hacerlos ver más. Una grave forma de pobreza de una civilización es no alcanzar a ver a sus pobres, que primero son descartados y después escondidos. Los aviones contaminan la atmósfera pero con una pequeña parte del dinero de los billetes plantarán árboles para compensar el daño creado. Las sociedades del juego financian campañas para curar a los jugadores patológicos que se crean. Y el día en que las empresas de armas financien hospitales para tratar a los niños mutilados por sus bombas, el sistema habrá alcanzado su culmen. ¡Esta es hipocresía!», lamentó.

El Papa pidió cambiar las reglas del juego del sistema económico-social porque imitar al buen samaritano del Evangelio ya «no es suficiente». Parafraseando la parábola evangélica, hay que actuar antes que la víctima se encuentre con los malhechores. ¿Cómo? Combatiendo las estructuras injustas y «de pecado» que provocan esas víctimas. «El no a una economía que mata se vuelve un a una economía que hace vivir porque comparte, incluye a los pobres, usa las ganancias para crear comunión», dijo Francisco.

Puentes empresariales

Esta crítica al capitalismo salvaje y sus consecuencias negativas ha sido una constante en el discurso social del Papa argentino. Pero sus implicaciones resaltan aún más con la llegada del millonario Trump a la presidencia de Estados Unidos. Sus primeras decisiones de gobierno han estado caracterizadas por el proteccionismo y el cierre de las fronteras a inmigrantes y refugiados.

En Roma, con motivo del encuentro de Economía de Comunión, coincidieron empresarios mexicanos y estadounidenses. Del diálogo con algunos de ellos se advierte un deje de preocupación por el impacto de las políticas de la Administración republicana, pero también una voluntad clara por mantener y fortalecer los lazos a ambos lados de la frontera.

Hace unos cinco años México fue sede de un curso de EdC para jóvenes, con emprendedores de Estados Unidos y otros países de la región. Desde entonces comenzaron a tejerse una serie de iniciativas empresariales binacionales que siguen creciendo. John Mundell, de la consultora ambiental Mundell & Associates, cuenta a Alfa y Omega que hoy más que nunca son necesarios estos puentes empresariales. Ante la pregunta sobre si las decisiones de Trump preocupan a sus colegas empresarios, responde: «Nosotros seguiremos adelante sin importar quién esté a cargo».

Para Mundell, los hombres de negocios van a ir más allá de la política proteccionista, porque Estados Unidos es un país demasiado capitalista. «Lo pueden hacer y lo harán», insiste. Y recuerda que si los trabajadores mexicanos se marcharan «la economía se colapsaría inmediatamente». «Es un problema real. La mayor parte de los negocios en Estados Unidos necesitan a estos trabajadores y ellos toman los trabajos que los trabajadores estadounidenses no quieren. El país está dividido ahora, muchos votaron por Hillary Clinton y otros por Donald Trump; los directivos de las grandes empresas como Apple, Google y las más importantes multinacionales no están apoyando estas políticas. Ellos no creen en los Estados Unidos llenos de muros, están abiertos a las multinacionales. Estamos esperando, veremos qué pasa», apunta.

Con esas apreciaciones coincide Christian Medina Campos, propietario de la empresa mexicana Catena 71-Pinturas, quien reconoce que se vive un escenario difícil para todos los empresarios en México. Si bien anuncia que, «impulsados un poco por la posición de Trump, hemos afianzado relaciones y compromisos para realizar en Nueva York, en junio, una escuela para jóvenes de la Economía de Comunión que va a recoger toda la experiencia de la región, incluida Sudamérica. Es un reto y un aliciente para avanzar en la construcción de un mundo unido. No tenemos miedo, para nada».

 

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